Me he traído este libro a una entrada aparte porque creo que se la merece.
Lleva como subtítulo "Cómo hablar con lenguaje inclusivo sin que se note (demasiado)"
Me he traído este libro a una entrada aparte porque creo que se la merece.
Lleva como subtítulo "Cómo hablar con lenguaje inclusivo sin que se note (demasiado)"
A corazón abierto, de Elvira Lindo.
Los asquerosos, de Santiago Lorenzo.
Con este libro, como con el anterior y con muchos otros, que no acaban de llenarme, he ejercido los Derechos del lector de Pennac. Me habían hablado muy bien de él, y, lo siento, pero no me ha gustado. Reconozco su mérito como experimento antropológico y narrativo, su originalidad, las curiosidades que experimenta Manuel... Sin embargo, seré muy simple, a mí un libro me tiene que conmover de alguna manera, o conseguir que me encariñe con sus personajes, que me atrapen. Desde luego, a través de las líneas de esta novela y de sus dos personajes sólo llegan emociones muy contenidas.
El derecho que he ejercido esta vez es el de, a mitad de libro, o un poco más allá, saltar directamente al final para ver qué ocurría finalmente con el dichoso sobrino prófugo de la justicia.
La buena suerte, de Rosa Montero.
Cuando escuché la entrevista a la autora por esta novela en De Pe a Pa, no me atrajo demasiado la historia. Pero, luego, vi que Patrica Ramírez, que ha empezado un club de lectura, estaba enganchada y me animé. Al acabar el libro, volví a a escuchar la entrevista anterior y cobró otro sentido para mí.
La curiosidad de la escritora al ver desde el tren un cartel cutre de "Se vende" en una casa fea, en el pueblo más feo que se pueda imaginar, da pie a toda una novela con un entramado de historias y de personajes.
He aquí uno de los misterios de la escritura y de la inspiración. Otro es cómo un personaje (Raluca, la vecina del protagonista) al que la autora quería secundario en un principio, se acaba comiendo la novela como si tuviera vida propia. Aunque al principio me rechinan un poco sus monólogos, va cogiendo fuerza y personalidad a lo largo de las páginas y termina por conquistar el corazón del lector.
Algo que me admira de Rosa Montero es su capacidad para investigar los temas y los asuntos más variopintos, y dotar a sus novelas de verosimilitud, y, a sus personajes, de rasgos singulares. Como la obsesión del protagonista por saber cómo se sobrevive en situaciones de peligro extremo, por ejemplo, al caer en aguas movedizas, o el relato de crímenes atroces para reflexionar sobre el bien y el mal.
Tenemos un protagonista, Pablo, atractivo, inteligente, interesante, misterioso, con un pasado difícil de digerir. Es un personaje cerrado que se va quitando capas poco a poco hasta quedarse totalmente al desnudo. Me entra la duda de que alguien que ha reprimido tanto sus emociones y sus relaciones pueda llegar a cambiar aunque sea de la mano de un ángel como Raluca.
Por último, está Felipe, un secundario cuyo papel se vuelve imprescindible en la historia. Ahora que lo pienso, me recuerda un poco al archivero Yiannis de la trilogía de Bruna Husky: por la edad, por su vulnerabilidad y por suplir en parte a los padres que les faltan a los protagonistas.
Además de una novela de intriga, es, como todas las de Rosa Montero, una novela de emociones, de reflexiones sobre la sociedad, sobre el ser humano y sobre las relaciones humanas, y sobre la familia. Y, como el título indica, sobre la buena suerte: qué decide cada persona qué es buena suerte, y cómo construye su vida con las cartas que le han tocado.
La nena, de Carmen Mola.
Por lo visto, estamos ante la inspectora y la trilogía de moda, pero yo no me había enterado. Tuve que entrar en el blog de A libro por mes, en busca de materia prima que llevarme a los ojos, para saber de su existencia. Ana ya había leído los dos anteriores en abril. Lo cual no se si es mérito o masoquismo.
Un buen libro policiaco siempre es "fácil" de leer porque te atrapa y no te deja soltarlo. Si bien con la trilogía del Baztán, pensé que se habían colmado todos los horrores que la imaginación puede alcanzar en territorio español, al leer los crímenes de La nena, no puedo evitar preguntarme cómo se le ocurren a nadie semejantes barbaridades, y tiene el estómago de describirlas con pelos y señales.
Me cuenta una amiga que oyeron en audiolibro creo que La novia gitana durante un viaje, y que una sobrina suya todavía recuerda pasajes de aquella audición con horror. No me extraña.
Resulta que me entero por Voy a ver qué leo que la autora no es tal, sino que se trata del seudónimo de un conocido escritor. Pues me enfadé, y mucho. ¿Por qué para escribir novelas en que se tortura a mujeres y a niños tiene que llamarse Carmen y no Carlos? Ya sé que es una estrategia para vender más. Pero no me gusta. Conmigo que no cuente más.
Sí puedes, de Ramiro Calle
"Una sabiduría práctica" lleva por subtítulo esta recopilación de los artículos del maestro de yoga en el periódico La Vanguardia. Con ellos, responde a los problemas que le planteaban distintos lectores. Regalo de mi amiga Pilar en 2013.
La meditación, el ego, la confianza, el vivir el momento presente, conocer nuestras emociones... son constantes en los consejos del autor.
Autoestima automática, de Silvia Congost.
Es el único libro de esta psicóloga, a la que sigo en Instagram, que está disponible en eBiblio.
Me estoy dando cuenta de que tengo que repasarlo porque, en el momento, me sirvió y me ayudó, pero, estas herramientas, si no las tienes presente y las refrescas cada poco tiempo, se olvidan.
Inserto imágenes de fragmentos que subrayé, y el enlace a una carpeta de Drive donde las guardé, por si alguien quiere leer más.
Algo importante en psicología cognitiva y conductual es conocer el PEC: un Pensamiento provoca una Emoción y esta, una Conducta. El origen de nuestras acciones y de nuestras emociones es el cerebro, pero no solemos ser conscientes del pensamiento que las provoca. A veces, es la conducta o la emoción la que nos hace llegar al pensamiento. Se puede cambiar la conducta "inadecuada" y modificar así la emoción y el pensamiento, según la escuela conductual; o, identificar el pensamiento que nos hace sufrir, y cambiarlo por otro más positivo, para modificar la emoción y la conducta, según la escuela cognitiva. Esta es mi explicación de "andar por casa", que me perdonen los profesionales.
Americanah, de Chimamanda Ngozi Adichie.
Tenía muchísimas ganas de leer esta novela desde hace tiempo, y me la regalé en el libro electrónico a final del curso pasado. Véase la reseña de Voy a ver qué leo.
Chimamanda, es una escritora nigeriana de enorme belleza, con una gran fuerza y mucho sentido del humor: una diosa. Hace tiempo que vi sus charlas TED que recomiendo encarecidamente, también disponibles en sus libros correspondientes: El peligro de la historia única y Todos deberíamos ser feministas. Véase la reseña de A libro por mes.
Americanah es, en mi opinión, un libro de obligada lectura. Nos ayuda a abrir el objetivo de nuestra mirada a otra cultura que no es la nuestra, a otros problemas que no son los nuestros, pero que afectan a seres humanos que se emocionan y sufren igual que cualquiera y que tienen sueños igual que cualquiera. TODO EL MUNDO SUFRE Y QUIERE SER FELIZ, esto es, en la meditación de la compasión, lo que nos iguala a los seres humanos. No es justo que por pertenecer a una raza o a otra, por nacer en un país o en otro, se arrebaten derechos y se hagan diferencias.
Una educación, de Tara Westover.
Este es un recuerdo a Asun, mi suegra, que murió a los 86 años, el 28 de septiembre de 2020. Aunque no cursó estudios superiores, era una gran lectora y conservó la afición hasta el final. Este libro se lo regalé en Reyes de 2020. Lo leyó dos veces. Algo que no me explico, porque ella era muy sensible para las escenas escabrosas, y la historia está basada en hechos reales, con escenas muy, muy duras (alguna no pude leerla completa) sobre accidentes y agresiones que sufrieron la protagonista o su familia. Todos ellos causados por la educación que les dio el padre (mormón extremista, y víctima de un trastorno bipolar probablemente) y el tipo de vida que los obliga a seguir.
El mismo país que visita Ifemelu como inmigrante, es en el que nace Tara, pero tampoco es el Estados Unidos que solemos ver en las películas, sobre todo, teniendo en cuenta que la mayor parte de su vida transcurre en las preciosas montañas que la vieron crecer.
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Tara Westover, autora y protagonista. |
Es una historia durísima como ya he dicho. Me dejó mal cuerpo. Pero es otra lectura muy aconsejable porque, contra todo pronóstico, la educación salvó la vida de Tara. Literalmente; si no hubiese seguido la vía de los estudios, no sé si habría sobrevivido a las barbaridades que tenía que soportar en su casa. El efecto que la educación tiene en ella queda maravillosamente reflejado en esta frase: "La palabra y el modo en que la pronunciaba Shawn no había cambiado; mis oídos, sí". La educación le abre los ojos y los oídos, le hace ver el mundo que la rodea desde otro punto de vista que ya no podrá cambiar. Cuando el efecto Pigmalión empieza, no hay quien lo pare.
Aunque el camino, que acabará llevándola a Cambridge, no es fácil ni recto ni corto precisamente. Afortunadamente, en el trayecto, encontró gente buena que la ayudó, incluso uno de sus hermanos y una tía. Porque el calvario de Tara no sólo tiene secuelas físicas, que esas se curan, sino, sobre todo, emocionales, que le costará más reconocer y mirar cara a cara. El precio que tiene que pagar es muy alto. No quiero destripar el final, sólo diré que, por mucho que una familia y unos padres sean malos, los peores, es la única familia que se tiene (aunque se puedan elegir y crear familias nuevas en la edad adulta), y con la única que se ha creado un vínculo o un apego en la infancia, y tiene que ser muy duro no encajar o que te hagan sentir que no encajas.
Hace mucho que no hablo de libros. Aunque leo (no tanto como quisiera), mi cerebro no da para reflexiones sabias y ágiles. Así que haré una breve reseña de esta última lectura. Está disponible en eBiblio.
Soy una recién llegada a la coeducación, y estoy descubriendo un mundo sobre el que toda la ciudadanía tendría que tener formación. Una vez que te pones las gafas violetas, ya no te las quieres quitar, por mucho que te digan que no hacen falta, que no te favorecen, o que son incómodas. Intentando entender un poco mejor todos los aspectos de lo que implica la coeducación, me apunté a un curso del CEP de Santander en el que están participando figuras de referencia. En la última sesión, la asesora y otra compañera recomendaron este libro que traigo a la entrada.
Se trata de una lectura fácil por su fluidez narrativa, corta y diferente. Trata sobre mujeres de las que no se habla, pero que no por ello dejaron de jugar un papel importante en la sociedad, como la madre de la autora. Una historia dolorosa y triste, pero, también, alegre y valiente.
El origen del texto es una conferencia para el ciclo de "Ni ellas musas ni ellos genios" de Clásicas y modernas.
Como la historia de la madre es larga y se cuenta en varias fases, copio a continuación la historia dramática de otra madre, junto con la petición de la autora de que rescatemos más narraciones de mujeres invisibles de nuestro entorno.