Este verano, Jaime encontró esta piedra con forma de corazón en la playa de La Franca, en Asturias.
Decidió que me la iba a regalar a mí, pero ya me advirtió entonces que, cuando "me portase mal", me la iba a quitar.
Y, efectivamente, el primer día que nos enfadamos, vino a mi habitación, y se llevó la piedra de mi mesilla.
Cuando se le pasó el enfado, volvió a dejarla en su sitio.
1 comentario:
Muy tierno y edificante. Refleja muy bien los sentimientos de Jaime
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