Un grupo de amigas y familiares de una mujer con cáncer de mama, decide raparse la cabeza para solidarizarse con ella, y darle una emocionante sorpresa.
Impresiona ver cómo mujeres guapas, con hermosas melenas, más o menos cortas o largas, eligen voluntariamente quedarse sin pelo, cómo pierden ante el espejo una seña de identidad tan importante en una mujer.
Esto es lo que me comentó mi amiga Judith, cuando vio el vídeo, y quien tuvo que pasar por la experiencia de quedarse sin pelo cuando era joven:
Pues a mí me parece un hermoso gesto, y creo que, como dice
una de ellas, las que más han aprendido con él son las amigas. Es muy
reconfortante para la mujer que recibe el regalo, pero todas ellas están
guapísimas después, en todas ellas se aprecia su mirada y su sonrisa.
Las mujeres creemos erróneamente que nuestra belleza depende
de cosas que no tienen nada que ver con ella. Cuando me raparon la cabeza con
19 años, me ofrecieron peluca, pero era temporal (unos 4 meses hasta que
pudiese ir con la cabeza descubierta y el pelo al cero), y me gustaban los
gorros así que lo descarté. También me dijeron que en mi caso podían rapar sólo
una parte, y tratar de disimular con la otra.
Opté por tener la cabeza totalmente rapada, pero no quería
verme en el espejo con ese aspecto. Uno de mis tíos, me miró y me dijo que me
equivocaba, que estaba preciosa porque destacaban mis ojos y mi sonrisa, y que
eso reflejaba mucho más quién era que el
pelo. Y le hice caso. Fui a verme al espejo del hospital y realmente me
vi guapa, distinta, claro, pero era yo misma, era como si sólo quedase la
esencia de mi cara. Y me gustó.
Así veo hoy a todas las mujeres que llevan la cabeza
totalmente rapada, muy guapas. Nada nos
impide apreciar la esencia de su belleza.
Anything for love ... from Albert Bredenhann on Vimeo.
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