miércoles, 10 de agosto de 2022

Una meditación

 12 de enero de 2020


Delante de la chimenea. El sol que entra por la ventana me da en la cara.

Sentada sobre un taburete bajo, tapada con una manta.

Recta. La espalda se estira. La columna tira de la musculatura. La cabeza crece hacia el techo. La postura me ayuda a sentirme mejor, más estable, me envía un mensaje de serenidad.

Soy yo en el espacio, tomando consciencia de mi cuerpo y del espacio.

Respiro. Mi abdomen se mueve. Las inhalaciones masajean mi diafragma. Las exhalaciones alivian y sueltan.

Pensamientos, ruidos, interrupciones, tareas pendientes... me acechan, tiran de mi mente.

Respiro, me sirve de ancla. Meditar es mi ancla con la estabilidad.


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