domingo, 25 de noviembre de 2012

Testimonio de una paciente de SFC


Entrevista a la autora de 'Cosas que ocurren aunque tú no las veas'

Alicia Huertas: "Escribir esta novela ha sido como salir del armario y explicar lo que es 'el síndrome de fatiga crónica'"

"Tenemos que aceptar nuestros propios límites y aprender a reírnos de nosotros mismos"

 
¿Pueden ocurrir cosas a tu alrededor sin que te des cuenta? ¿Cuánto crees que podría llegar a ocultarte la persona que amas? ¿Hasta cuándo? ¿Cómo reaccionarías si alguien pretendiera convencerte de que esa persona que crees conocer bien se mueve en las sombras y oculta un horrible secreto?
Elisa, la protagonista, ha aprendido a moverse con pericia a través de los matices de ese engaño que a menudo envuelve sutilmente nuestra vida.
Pelea, además, contra sus miedos y sus fantasías ocultas, enfrentándose también a una enfermedad que limita las reacciones de su cuerpo. Pero, sobre todo, se desgarra en su interior a causa de sus sentimientos.
Está en guerra consigo misma, pero no le quedará más remedio que alcanzar un armisticio para aventurarse en una acción de acontecimientos inesperados, siempre al límite, durante la cual tendrá a su lado a tres hombres muy distintos entre sí. ¿De cuál de ellos puede fiarse?
Cada uno en su papel, estos hombres serán los responsables de que Elisa tenga que plantearse la posibilidad de que, en ocasiones, las cosas que se ignoran acerca de una persona son más que las que se conocen. Incluso, de mayor envergadura.
Es el poder de lo invisible, la infinita energía de todo aquello que nos empeñamos en rechazar simplemente porque no somos capaces de verlo. Pero está ahí y puede llegar a implicarte poniendo en peligro tu vida.

LA AUTORA
Alicia Huerta nació en Madrid, donde estudió Derecho y ejerció durante más de una década su profesión, especializada en Responsabilidad Civil. Más tarde vivió en Londres y en Roma, ciudades en las que comenzó su actividad como traductora y escritora. Actualmente es columnista del periódico El Imparcial, así como crítica de ópera y cine en el citado diario digital. En enero de 2011 publicó su primera novela, 'Delirios de Persecución', un thriller ambientado en el opaco mundo que rodea el tráfico internacional de obras de arte.

P- El Derecho, la Literatura... ¿Esperabas ésto? ¿Era tu vocación, lo querías?
R- Sinceramente no. La vida me ha ido ayudando y sin saber ni siquiera adónde me estaba llevando. Han sido momentos que tienes que ir planteándote según van apareciendo. El Derecho.... cuando estudié Derecho es porque me gustaba, cuando lo ejercí me gustaba. No tuve idea de dejarlo, entre medias se me cruzó el periodismo y de lo que era... lectora de novelas, pasé a escribir.
P- Te preguntaba por tu trayectoria porque hay un paralelismo enorme entre Alicia y Elisa. En cuanto trabajo, en cuanto intereses y en cuanto a lugares dónde ha vivido. ¿Hay algo más?
R- Me gustaría pensar que cada vez hay menos. Elisa desde que se escribió hasta que ha salido publicada ha sufrido una serie de transformaciones, menos que las que creo haber sufrido yo. Como en toda primera novela es bastante autobiográfica y también me ha servido para aprender cosas que hacía como Elisa y que aprendí a no hacerlas una vez que vi que las estaba haciendo Elisa. Verlo escrito siempre te ayuda a reconocerte y al mismo tiempo a cambiarlo, si puedes.
P- Porque hemos visto que esta es tu segunda novela. En realidad es la segunda que publicas, aunque la primera que escribiste...
R- Efectivamente
P- Parte de esta evolución que reconoces tu misma haber seguido, tiene mucho que ver con que volcaras todo eso en este personaje.
R- Yo no sabía que estaba escribiendo una novela. Era simplemente algo que surgió un personaje en el que vas volcando muchas cosas tuyas. Es lo bueno que tiene el papel y la ficción, puedes exagerarlo y juraras que no eres tú. Pero tiene cosas mías. Fue un poco como cumplir un sueño. ¿La meta era la novela? No. Pero si recuerdo hace algunos años, recién acabad la carrera de derecho, contemplando un paisaje en Cantabria, que es donde se desarrolla 'Delirio de persecución', dije en voz alta "¡Que pena no haber nacido con el don de la escritura en un lugar así y pasarte una temporada escribiendo!"
P- Teresa padece el síndrome de fatiga crónica. Es una enfermedad muy poco frecuente y muy difícil de diagnosticar. A menudo los síntomas son varios, es un proceso muy duro. ¿Por qué esa enfermedad? Yo creo que también hay mucho de ti en esa parte de Elisa.
R- Sin duda. Para mí cosas que ocurren aunque tú no las veas sirven para salir del armario. Es una enfermedad muy complicada de diagnosticar, como tú has dicho, aunque cada vez menos. Pero... pero sí es cierto que el hecho de publicar Elisa cuando yo lo había dejado en un cajón y había publicado 'Delirios' que había hecho después de ésta. Y lo hice porque me siento en la obligación. La poca voz que yo pueda tener sirva para que la gente conozca esta enfermedad, comprenda más a la gente que la padece, porque es una enfermedad que realmente es dura. Muy dura. Limita. Y, encima, es invisible. Y se puedo hacerlo un poco más visible, es todo lo que le pido a la novela.
P- Sin embargo, hay una parte de ella, que sorprende, que en pareja, vuelca todos sus miedos, se vuelve más complaciente y casi nos molesta cuando la vemos. ¿El miedo tiene un poder paralizador en las personas?
R- Sin duda. Todos pretendemos agradar y si tú crees que hay una parte de ti que nunca va a agradar tratas de compensarlo de otra manera. Hasta que ella misma se da cuenta que es una tontería, que ella es mucho más original y mucho más completa, incluso con eso, porque la hace ser más especial. Hasta que ella se da cuenta de que eso no es el amor.
P- Además, para Elisa, está siempre ahí. Cuando el lector se olvida vuelve, vuelve, vuelve. Y lo sufre con ella. Cuando parece que se había olvidado por otras cosas.
R- La novela es una historia de auto-superación. Es verdad, la enfermedad está ahí y yo no he querido que nadie se olvide de que está ahí. Porque no se cura. Simplemente, aprendes a vivir con ella. Hay terapias que te ayudan a vivir con ella. Hay tratamientos que te mejoran. Pero al mismo tiempo quería demostrar como una persona, por mucha enfermedad que tenga, es una persona maravillosa, con una fuerza tremenda. Y lo que le falta por un lado lo sabe compensar por el otro.
P- ¿Y el proceso de escritura fue también terapia para ti? ¿Terapia de mente y corazón?
R- Sin duda. Yo no sé si queriendo evitar enseñar mi punto vulnerable yo había llegado a ocultar mi enfermedad a todo el mundo. Excepto mi familia y dos amigos muy cercanos, yo ni siquiera había dicho que la padecía. Escribir el libro fue como salir del armario 'ya no me preguntéis más, léete la novela y ya'. Pero yo me siento una privilegiada, hay mucha gente que no puede hacerlo.
P- ¿Qué te había llevado a dejarlo en el cajón?
R- No me parecía que fuera literariamente lo que yo quería. Yo ya había escrito 'Delirios'. Si yo no había escrito 'Delirios' no hubiera tenido ninguna duda, pero al haber escrito 'Delirios' y hacer una comparación, eso me generaba pudor. Pero tuve que renunciar a ese pudor, porque la historia, el personaje y la gente que lo padece merecían que fuera adelante.
P- Elisa, intuyo, es un personaje como tú, valiente, idealista...
R- Gracias
P- La protagonista, Elisa, está inmersa en una crisis de confianza. Se dice que es un síntoma de nuestra sociedad. Es un poco lo que nos pasa, que desconfiamos ¿viene del miedo... que nos hace desconfiar?
R- La falta de confianza, que es falta de amor a uno mismo y luego a los demás, te lleva a encerrarte. Por ejemplo, yo acabo de confesar que oculté mi enfermedad, ¿por qué?, por miedo a que me juzgaran los demás, a que me vieran distinta a como me habían visto hasta ahora, como 'Alicia la fuerte', la que hacía todo y la que nunca se paraba. Y ahora, de repente, Alicia se paraba. El miedo es el que nos lleva a comportarnos de manera ridícula, porque en el fondo no engañamos a nadie, a no confiar, a no abrirnos y a vivir una vida mucho menos completa o auténtica.
P- No quiero irme sin preguntarte por el futuro. Con una trayectoria tan sorprendente... ¿seguimos en el periodismo? ¿seguimos en la novela? ¿Habrá una tercera?
R- A 'Derecho' no vuelvo (ríe). No. Estoy encantada con mi trabajo en el periódico, la crítica de ópera y cine, mi columna, estoy feliz. El resto del tiempo lo dedico a escribir la tercera novela. La historia ya está escrita, y ahora está en manos de mi correctora fetiche - sin ella no hago nada - y una vez que me la vuelva y la corrija yo, nos pondremos a buscar editorial para dar un pasito más.
P- Los puntos de debilidad en Elisa son evidentes. Su enfermedad, que esta ahí y porque es víctima de engaños, la trama va por ahí y porque, emocionalmente, se muestra inestable, está sola. Al final, lucha contra sus fantasías, lucha contra sus miedos y al final puede con todo. ¿Es la voluntad la clave del todo, que hace que nos enfrentemos a todos independientemente de cual sea nuestra condición física?
R- Sin duda, yo creo que la mente puede con cosas inexplicables. Lo vemos en los deportistas que corren sin piernas, que escalan montañas. Lo vemos en esas personas y lo vemos constantemente en gente que no tiene las facilidades que tenemos nosotros. Algo fundamental: lo primero que tenemos que hacer es aceptar nuestros propios límites, no ir más allá, no exigirnos más, si no volvemos a la falta de confianza.
Si yo intento hacer algo que antes hacía, pero ahora no puedo, me voy a frustrar. Pero si acepto que mi vida tiene que cambiar y me voy a reciclar. Pues ya no me siento tan inseguro y la mente, desde luego, lo primero... sin ese afán de superación cada día, ni siquiera una persona que esté completamente sana debería de vivir.
P- En el libro también hay mucho de pasión y amores y hay tres hombres. Tres personas con las que Alicia se relaciona y que al final son tres desconocidos. ¿En las relaciones hombre-mujer pasa esto, que nos protegemos tanto que, casi, ni nos conocemos?
R- Desde el principio estamos siempre ocultándonos todo lo que no nos gusta y nos lo ocultamos a nosotros mismos. Pero si no te conoces a ti mismo, difícilmente vamos a conseguir que nos conozcan los demás. Sí, creo que a veces somos absolutamente desconocidos.
P- ¿Cómo se supera esto?
R- Lo primero es saber reírse de uno mismo. No tener miedo a la crítica y entregarte. Pero también hay que ver con quién te relacionas. Tienes que tener en frente a alguien que esté dispuesto a abrirte a ti. Lo que nos lleva a tener tanto miedo, es el temor a ser juzgado, que nos lleva a seguir escondiéndonos.
P- Sin desvelar nada, Elisa se encuentra en la trama con el horror de la 'Trata de Blancas'. Parece impensable que siga ocurriendo en el Siglo XXI, tantas mujeres atrapadas sin derecho, sin identidad y sin nadie a quien acudir. ¿Esto también era un objetivo de la novela o te topaste con ello como Elisa?
R- No estaba en el plan. Elisa me llevó, en el plan no había nada. Yo escribía sobre ella, su enfermedad y sus desengaños amorosos y me llevó a la 'Trata de Blancas'. Sí es verdad que cuando comienzas a documentarte para escribirlo te parece de una brutalidad increíble. Niñas muy pequeñas, países como Albania en la que ya hay gente que no se atreve a ir al colegio para no ser raptada.
Algunas mujeres consiguen escapar y cuando vuelven ni siquiera las reciben porque, culpables o no, las familias consideran que les han deshonrado. Son vidas destrozadas, llegan a sentirse como los damnificados por la tortura, se sientes culpables de lo que han hecho. Es un comercio brutal, las mafias se han dado cuenta que es más rentable vender una mujer, que vender drogas. La mujer la puedes vender muchas veces y no tienes que esconderla en dobles-fondos. Simplemente amenazas con hacer daño a su familia.
P- ¿Descubrir esta situación tan dramática ayuda a Elisa a superar su propio dolor?
R- Sin duda. Elisa deja de pensar en si misma y en todo lo que le rodea cuando se topa con el personaje de la niña.
P- 'Delirios' se publicó en 2010, tengo entendido que es una auto-edición como incentivo de personas que se lanzan al mundo de la publicación ¿Lo recomendarías?
R- No fue algo meditado. No pensé 'voy a publicar una novela', voy a ver quien me la publica. Lo cierto es que fue un poco azar, tanto 'Elisa' como 'Delirios' ya estaban escritas. Mi padre, hablando con su vecino, resultó que su hijo tenía una editorial y lo hizo todo él. Y tuvo una buena escogida. ¿Lo recomiendo? Sí.
El que tiene una historia interesante que contar siempre estará bien que la cuente. Pero inconvenientes ahí, y no quiero que nadie se quede sin saberlos, ya que tengo esa experiencia. Lo fundamental es que, a nivel de la propia comunidad literaria, escritores y librerías, siguen sin ver bien la auto- publicación, cuando lo más original y los más obvio es que un invierta en su propia obra. ¿Dónde mejor invertir mejor que en tu propia obra?
Que la has hecho con cariño, de la mejor forma que sabes. Te encuentras con el problema de la promoción. Las grandes superficies no la van a caer y las pequeñas librerías, si la cogen, la dejarán en una estantería entre tres libros más. Es complicado salir adelante con una editorial pequeña (MTM). La de 'Cosas que ocurren aunque tú no las veas' es una editorial de Barcelona que ha trabajado de manera fantástico, pero con el problema de la distribución

lunes, 19 de noviembre de 2012

Otoño en Asturias



Hemos pasado el fin de semana en Asturias, muy cerca de Llanes, en un hotelito precioso. 
Nos ha hecho un tiempo muy otoñal,
como se puede ver en las fotografías.

martes, 6 de noviembre de 2012

Bombones crujientes facilísimos


Hicimos en octubre unos bombones para que Jesús llevase a clase por su cumple.
Se los habían enseñado a hacer tiempo atrás, en el aula de cinco años.

 

Para 30/35 bombones, se necesita:
  • Un molde o dos de silicona o cápsulas de papel rizado
  • Un bol
  •  Tres tabletas de chocolate con leche
  • Cereales para desayuno (choco-crispis)
 
Derretir el chocolate poco a poco para que no se queme en el microondas (o al baño María), revolver y mezclar con los cereales.

 

Repartir la mezcla en los huecos del molde o en las cápsulas de papel rizado, con ayuda de una cuchara, y dejar enfriar. Si han quedado blandos o se quiere acelerar el proceso de enfriamiento, se pueden meter en la nevera; especialmente, si se va a usar el molde por segunda vez.

En el caso de que se haya usado el molde, se le da la vuelta a este sobre el recipiente que se van a servir los bombones, y se va empujando hacia fuera; salen con facilidad.