miércoles, 2 de abril de 2014

Niños con discapacidad


Hace poco, con motivo del Día Internacional del Síndrome de Down, envié a mis conocidos un vídeo que me pareció precioso.


Alguien me sorprendió con la siguiente respuesta:

Hay veces que un aborto es necesario por la salud de la madre. Y ninguna madre tiene el corazón tan duro como para no sufrir con ello. Anuncios como este son crueles para gente que ha tenido que tomar una decisión que no se la deseo a nadie.

Aparte de algo engañosos. La calidad de vida media de un Down no se corresponde con lo que sale en el anuncio. Hay muchos grados de discapacidad, y niños que sólo nacen para sufrir, algo muy injusto que no sale en los anuncios antiabortistas. No todo es tan "normal".

Al ver este vídeo yo no había pensado en el aborto, ni se me había ocurrido que fuese antiabortista. No lo envié con esa  intención. 

Cuando lo vi, me emocioné mucho porque tuve muy presente un caso cercano a nosotros. Tener un hijo así es un drama, sí, y un sacrificio, pero también una superación para todos.

Además, al ver el vídeo, pensé que yo antes tenía reparos para tratar a chicos con discapacidad, porque no sabía cómo hacerlo, porque tenía el prejuicio social de que hay que sentir lástima de ellos, pero he aprendido que no es así, y que necesitan y dan cariño como todo el mundo, que no hay que tratarlos de forma muy diferente a otras personas (sin olvidar que son diferentes).

Hace poco el padre de un niño con otro tipo de discapacidad me dijo algo que me hizo reflexionar. Fue hablando de un chico Asperger que no se relaciona con nadie en su centro educativo; al principio de curso, una compañera lo intentó, pero él no le hizo caso. El padre citado me comentó que no hay que cansarse de acercarnos a ellos aunque no nos hagan caso, que, seguramente, si esa chica siguiese  insistiendo, a la larga, entablaría una relación con él, pero que rendimos enseguida (¿habéis visto el corto de Cuerdas?). Creemos que están solos porque quieren; por lo tanto, no nos acercamos a ellos; por lo tanto, siguen estando solos.

La integración es fundamental para que todos estos niños puedan tener referencias positivas de niños sin discapacidad que les ayuden a superarse a sí mismos.

Cada uno ve la realidad desde su punto de vista, como el cuento de los tres ciegos que tocaban al elefante y no se ponían de acuerdo en qué era lo que habían tocado. La realidad nunca es lo que pensamos, es el compendio de distintos ángulos. Siempre me resulta curioso comprobar las distintas formas que tenemos las personas de contemplar una misma realidad. Yo no lo había visto desde el punto de vista de mi amigo, y me abrió un nuevo ángulo.