En una noche cualquiera, una persona soñó que en sus manos recibía unas cuantas monedas de sus padres. Cuando despertó por la mañana, decidió caminar hacia casa de sus padres. Cuando llegó, mirándolos a los ojos, les dijo:
-Esta noche habéis venido en sueños y me habéis dado unas cuantas monedas en mis manos. No recuerdo si eran muchas o pocas. Tampoco sé de qué metal estaban hechas, si eran monedas de un metal precioso o no. Pero no importa, porque me siento plena y contenta. Y vengo a deciros gracias, son suficientes, son las monedas que necesito y las que merezco. Así que las tomo con gusto porque vienen de vosotros. Con ellas seré capaz de recorrer mi propio camino.
Al oír esto, los padres, que como todos los padres se engrandecen a través del reconocimiento de sus hijos, se sintieron aún más grandes y generosos. En su interior se sintieron que aún podían seguir dando a su hijo, porque la capacidad de recibir amplifica la grandeza y el deseo de dar. Así, dijeron:
-Ya que eres tan buen hijo puedes quedarte con todas las monedas, puesto que te pertenecen. Puedes gastarlas como quieras y no es necesario que nos las devuelvas. Son tu legado, único y personal. Son para ti.
Entonces este hijo se sintió también grande y pleno. Se percibió completo y rico y pudo dejar en paz la casa de sus padres. A medida que se alejaba, sus pies se apoyaban firmes sobre la tierra y andaba con fuerza. Su cuerpo también estaba bien asentado en la tierra y ante sus ojos se abría un camino claro y un horizonte esperanzador. Era el camino de su vida.
Versión de ¿Dónde están las monedas?, de Joan Garriga
Sabemos que como padres, os sentís orgullosos de lo que hemos logrado en la vida gracias a vuestras monedas; pero también sabemos, que, en ocasiones, cuando nos habéis visto decaídas, desanimadas, enfadadas o desencaminadas… os habéis preguntado si las monedas que nos disteis eran suficientes, o de la calidad necesaria.
Hoy queremos confirmar que nos habéis entregado las mejores monedas que nos pudisteis dar, porque nos las disteis con amor, y porque, sean suficientes o no, somos nosotras, como adultas, quienes tenemos que administrar estas monedas, y dirigir el camino de nuestras vidas. Sabemos que todo cuanto hemos logrado ha sido posible gracias a vosotros, y que nuestros éxitos os honran.
Entre estas monedas, podemos encontrar: sencillez, honradez, coherencia, tesón, trabajo, bondad, amor, solidaridad y fe. Una fe que nos habéis transmitido con el ejemplo constante. La fe en un dios bueno, comprensivo, y paternal, que nosotras intentamos mantener en estos tiempos tan difíciles para la religión y para el espíritu.
Hoy os queremos agradecer las monedas que hemos heredado mirándoos a los ojos: GRACIAS.
Como veo que esta entrada está teniendo visitas de gente que busca qué leer a sus padres en las bodas de oro, recuerdo que este blog está bajo una licencia de Creative Commons.
Agradeceré que si alguien usa este contenido, copie la fuente.
5 comentarios:
Precioso Blanca, un texto maravilloso para una celebración inolvidable.
Yolanda UP
Nosotros, los padres de Blanca, Inés y Claramaría, queremos agradecer a nuestras hijas, sus maridos y nuestros nietos la alegría y emoción que nos han proporcionado al organizar tan brillantemente y con tanto amor la festividad, los regalos y las manifestaciones de amistad y cariño que han recabado entre familiares y amigos para la celebración del acontecimiento de nuestras bodas de oro y también queremos añadir el texto que en la ceremonia religiosa les dedicamos.
"Conchita y yo queremos hoy dar gracias al Señor y a su Madre María por habernos acompañado a lo largo de toda la vida. A Pedro por su asistencia en nuestro caminar espiritual. A todos vosotros por arroparnos con vuestra presencia en este acto. A los que no han podido venir pero que están en nuestro corazón. A nuestros padres y tíos cuya dedicación y sacrificio por nosotros ha hecho posible que hayamos alcanzado nuestras metas. Muy especialmente damos gracias por nuestras hijas, sus maridos y nuestros nietos que han sabido crear el clima que nos envuelve. Y como la oración también es de petición deseamos rogar a Dios para que nos siga protegiendo a todos y que nos de la fuerza necesaria para soportar todas las pruebas que nos vengan."
Con todo nuestro cariño, muchísimas gracias de todo corazón y nuestro más profundo agradecimiento.
Conchita y Jose
¡Ah! y gracias por haber multiplicado tanto las monedas que os proporcionamos. Besos
Que bonito regalo! Seguro que fue un momento maravilloso. Muchas felicidades a tus padres.
Hemos vuelto a leer, una vez más emocionadamente estos escritos tan profundos y sólo puedo decir: GRACIAS; GRACIAS; GRACIAS infinitas.
Publicar un comentario