lunes, 6 de julio de 2020

Muévete, y el camino aparecerá


He tomado mi primera clase de spinning, y he sobrevivido. Nunca jamás me lo había planteado, soy poco de cardio y más de meditación y pilates. Y, lo que son las cosas, se lo debo a una desconocida. Coincidí con ella la semana pasada en  una clase de pilates en un sitio nuevo al que me he apuntado en verano, y me lo sugirió. Yo no sabía si mi cuerpo lo iba  a resistir; la verdad es que me apetecía probar, pero me daba vergüenza. Volví a coincidir con ella otro día, y me volvió a animar, así que gracias a su empujón, he salido de mi zona de confort, y creo que repetiré.

Nunca he hecho entrenamiento de cardio más que pasear a ritmo ligero (que no sé si cuenta). Pero, de un tiempo a esta parte, estoy escuchando que los  estudios apuntan a que para llegar a mayor con una buena calidad de vida, la clave está en hacer mucho ejercicio; pero, no sólo eso, cuanto más se desarrolle la fuerza, mejor es la masa ósea al envejecer. La primera vez que lo escuché fue en este podcast: Cómo mantenerse en forma pasados los 50 con Loles Vives.

Por otro lado, el año pasado fui con mi madre a un fisioterapeuta que me recomendaron debido a un problema de salud que no acababa de superar. Y, curiosamente, lo  que le trató fue el sedentarismo. Le mandó caminar cinco minutos cada hora y, a las 24 horas, su ánimo había mejorado notablemente. También le insistió en trabajar las sentadillas (fundamental para levantarse sin ayuda) y la fuerza en los brazos porque se ha comprobado que los ancianos con más fuerza en las manos, viven más porque se agarran mejor y previenen accidentes.

Yo llevo con problemas de espalda desde la adolescencia. He visitado desde entonces traumatólogos, fisioterapeutas, ostéopatas... Hace ya unos cuantos años, me apunté a pilates y me viene muy bien, pero, aun así, de vez en cuando, tengo contracturas y dolores. Pero, claro, es que, como me explicó este fisio, de 168 horas que tiene la semana (24 por siete días), dedico dos nada más íntegramente a mi cuerpo.

Conclusión: hay que entrenar, sí, pero también hay que moverse más a lo largo del día. Pasamos muchas horas sentados e inactivos, y luego, cuando metemos una carga intensa corriendo, paseando, en el gimnasio, en bici... nuestro cuerpo se queja. 

Espero que no sea casualidad, pero, desde que lo visité por última vez por una tortícolis, y sigo el consejo de moverme cada poco (estiramientos, y algún ejercicios con banda elástica y pesas de kilo), estoy mejor. También me he comprado un zafu (el del enlace, aunque es muy duro) para trabajar y leer, y me apoyo sobre una mesa baja como se ve en la imagen. Cuando tengo una molestia, intento arreglarla con estiramientos, que no está mal, pero el fisio me explicó que muchas veces lo que hacemos es irritar más la zona. La clave está en combatir el sedentarismo, y esto significa moverse con frecuencia, no sólo en momentos de intensidad aislados en el día o en la semana.

Durante el confinamiento, estuve muy bien porque seguí los programas de entrenamiento a diario (píldoras saludables  o healthy pills) de Beatriz Crespo que sabe mucho. Los días que estaba más cargada por las horas al ordenador, me venía genial. Ella insiste en trabajar los glúteos para prevenir lesiones de espalda  y de rodilla, y la musculatura profunda. A veces, son pequeños movimientos con los que aparentemente no parece que estés haciendo gran cosa, pero que son fundamentales para tener una espalda sana. Tiene una lista de reproducción precisamente dedicada a estiramientos, cadenas  musculares, musculatura profunda, cervicales... que está muy bien. También tiene píldoras dirigidas a mayores, pero que sirven para todo el mundo.

Las actividades que más me han ayudado en la cuarentena a motivarme (y me consta que a más gente) han sido la música, el ejercicio y la meditación. Habilidades o disciplinas que se trabajan minoritariamente en la enseñanza. Da que pensar.

Conocemos poco de nuestra mente, pero también poco de nuestro cuerpo. La educación física es muy necesaria para leer nuestro cuerpo y cuidarlo. El sedentarismo es peligroso: cuanto más lo practicas, más te lo pide tu cerebro. Se convierte en un círculo vicioso. Ya se sabe: quien quiere algo encontrará el medio, quien no, una excusa. Busquemos medios para movernos y el camino aparecerá, porque excusas nos sobran.

Mi profesora de pilates tiene la siguiente frase del creador del método en la pared de entrada del estudio:


7 comentarios:

Severina dijo...

Excelente retorno, Blanca, y muy buena la información y, sobre todo, tu experiencia, tan bien contada. Gracias por compartirlo.
Me quedo a la espera de tu siguiente aportación.

Blanca dijo...

Gracias, Seve, amiga :)

JSG dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Blanca dijo...

Bueno, tú ya sabes, papá, sin forzar y con paciencia 😉

Blanca dijo...

Vaya, hemos eliminado a la vez les comentarios y han desaparecido.

JSG dijo...

Muy interesante y estimulador. Bien escrito y explicada tu propia experiencia. Dan ganas de no parar en todo el día aunque ya sea un poco tarde para "viejos huesos". Gracias y abrazos

JSG dijo...

Sí, me he armado un poco de lío con su primera y segunda publicación.