Frases célebres de mis hijos (VIII)

Suelo tumbarme a descansar y relajarme después de desayunar. Cuando están los niños en casa, como estos días, es difícil que entiendan que no me interrumpan. Después de varias interrupciones, le doy mi móvil a Jesús, y le digo: “Quédatelo. Cuando suene la alarma, vienes, y me avisas con un besito y una caricia” Se marcha conforme; enseguida, oigo unos ruidos en la puerta, como si raspasen. Al cabo de un rato, abre la puerta despacito, y me dice en un susurro (para no molestar): “Mamá, ¿no has visto que alguien te ha metido una carta debajo de la puerta?” “No, tenía los ojos cerrados... pero sí que he oído ruidos como de ratones” Me levanto, y veo dos trozos de papel higiénico extendidos. Me los acerca y leo en el trozo de arriba: “¿Dónde está papá?”. Y en el de abajo: “Jesús”.

Jaime: “Mamá, ¿y si los Reyes Magos se mueren?”

Jaime: “Mamá, parece que he hecho pesas porque ya puedo con el taburete del baño” (Tengo que aclarar, además, que mis dos hijos son muy delgadillos, y de poco músculo…)

Días después, cuando le pedí que recogiese el taburete: “Es que se me están acabando las pesas”

Jaime: “Cuando haces una cosa delante del espejo, el espejo te copia la cosa que haces”

Inyección de autoestima. Estoy en el probador de una tienda probándome distintos jerséis. Mi marido: este no me gusta, este es raro, este te queda bien porque es normal, ese está mejor… Y Jaime, con cada uno que me probaba “Mamá, qué guapa estás”, “Mamá, te quedan todos bien”, “Mamá, estás guapa con toda la ropa” La dependienta se moría de risa, yo me lo comí a besos, y salí con una sonrisa de oreja a oreja. Por supuesto, me compré uno de los jerséis. Lo tienen que poner en plantilla, je, je.

Jaime: cuando el agua (del mar) se hincha, sale la ola.

Jaime, señalando las uvas: “Mamá, esas moras, ¿a mí me gustaban?”

Jesús, después de pasarse el día jugando con la Wii que le había traído Papá Noel a una amiga: “Mamá, imprímeme la carta de los Reyes para que no se me olvide pedirla el año que viene” Le digo que no hace falta imprimirla porque la perderemos, que lo escribimos en un documento y lo guardamos en el ordenador. Así, lo hacemos, y cuando termina, me dice, “Voy a buscarla para ver si se ha guardado de verdad”