viernes, 31 de agosto de 2012

Cuatro décadas



Me paro a pensarlo, y me parece mentira. A pesar de mis limitaciones físicas, yo no aprecio que tenga tantos años; todavía me siento más cerca de los treinta que de los cuarenta. Aunque hace tiempo que noté que me hacía "mayor" cuando dejé de ser la más joven de mi centro, cuando dejaron de confundirme con una alumna (aunque aún todavía me ocurre ;-), cuando empezaron a llamarme "señora"; cuando llegaron profesores más jóvenes que yo, y me sorprendía saber su edad porque, inconscientemente, yo me quitaba años... Más que ser ellos muy jóvenes, pensaba que cómo podía ser yo tan mayor... Imposible. Lo mismo cuando me paro a pensar en los años que se cumplen del fin de carrera, o de una amistad, o de cuando que empecé a trabajar, o que me casé, o cuando miro a mis hijos y los veo "tan mayores".

Pero lo años no pasan en balde, como se dice, y he acumulado vivencias, conocimientos (se supone), experiencia, amor, amistades, relaciones varias, momentos alegres, momentos tristes, momentos que me gustaría borrar de mi memoria... alguna arruga, algún kilo...

Sin embargo, sin tiempo, es imposible madurar, y todavía menos, seguir ni aprendiendo, ni, mucho menos, viviendo. Es bueno hacerse mayor, y poder mirar hacia atrás. Y una cosa es cierta, nunca seremos más jóvenes de lo que somos ahora. Lo que envidiamos de la juventud ya lo tuvimos entonces; lo que nos toca es disfrutar nuestro momento, y seguir sintiendo la ligereza de edad en el corazón. Nunca es tarde para hacer lo que siempre quisimos hacer, ni para aprender, ni para cambiar de actitud ante la vida, ni para renovar ilusiones.

Los cumpleaños pueden ser nostálgicos, como la Navidad o el fin de año, pero ayer, cuando miraba las fotos de las vacaciones, me vi guapa, y lo que es más importante, feliz, y me alegré de cumplir cuarenta años. En muchas de ellas, estoy rodeada de mis dos tesoros: Jesús y Jaime. Mi mejor huella en el mundo. Merece la pena cumplir años.



1 comentario:

Severina dijo...

Estas reflexiones tan buenas que acabas de hacer merecen un tópico: acabas de llegar a "los mejores años" de tu vida, y el tramo de "mejores años" es mucho más largo y más rico de lo que parece al llegar a él. Además tiene un mirador sobre el panorama de la vida muy bueno, se llama serenidad (¡a pesar de todo!)Un fuerte abrazo y mi agradecimiento por tu enfermedad de SAC: Síndrome de Amistad Crónica. GRACIAS, BLANCA.