Un gran regalo que me han hecho:
Santander, 11 de julio de 2012
Sé que es difícil ponerme en tu lugar, y que quizá no lo habré conseguido, pero al menos lo he intentado.
Con muchísimo cariño, Blanca:
A menudo quiero dormir,
descansar olvidando el cansancio;
detener el reloj para tomar aliento
mientras los demás corren rápido.
A veces me enfado,
porque ya ni el sueño
me repara la fatiga.
Y detener la fuerza centrífuga de los niños,
o intentar disfrutar de mi trabajo
(como hace no tanto),
es labor más que imposible
para mi cuerpo agotado.
¡Y rujo a veces! Como un león…herido;
Y echo fuego como los dragones de los cuentos…
(que en el fondo tampoco son malos).
Me queman los juicios, los análisis y las citas
que me muelen a diario,
y que además, parecen sin resultado…
Y me enfado.
Pero también muy menudo,
después de cerrar un momento los ojos,
cuento (bastantes números, es cierto),
y sonrío a mis hijos.
Y las más de las veces,
después de dormir tan absurdamente mal,
me esfuerzo por levantarme,
y por dejarme aliviar por el impulso y la luz
de mi familia y mis amigos.
Y no es fácil, invocar con fe al sol de mayo
desde un amanecer de diciembre.
No es sencillo encontrar ánimos.
Pero sé que soy un junco capaz de resistir al viento;
Y que debo armarme
de paciencia, de valor,
de voluntad, de entusiasmo…
Pronto amainará la galerna,
y veré que este junco
salió ganando.
(tu amiga Gloria)
Gracias de corazón, Gloria
No hay comentarios:
Publicar un comentario