lunes, 19 de septiembre de 2011

Centro Niemeyer


La torre Niemeyer vista a través de la pasarela de acceso

La sorpresa de nuestro último viaje a Asturias ha sido Avilés. En parte, porque lo demás ya lo conocíamos; en parte, por la remodelación que ha sufrido en los últimos años.

Como se puede apreciar en las fotos que publiqué el otro día, han restaurado el casco antiguo, que se ha convertido en una zona muy agradable para pasear o tomar algo, sobre todo, en su última calle, La Galiana.

Pero el proyecto más ambicioso es el centro Niemeyer, ubicado en la ría; se trata de zona industrial que se está recuperando para integrarla en la ciudad, al estilo de lo que se hizo en Bilbao con el Guggenheim. Se accede a través de una moderna pasarela de acero cortén y madera, a la que, por su forma, ya han bautizado en la ciudad como "la cremallera". En una amplia explanada, se encuentran cuatro edificios de hormigón blanco: una cúpula, un auditorio, una torre, y otro de servicios. En la cúpula, había una exposición de Carlos Saura sobre la luz, abordada desde distintos puntos de vista: la fotografía, el ojo humano, el cine, las sombras, los espejos... Muy adecuada para niños porque era interactiva y por su originalidad, además de ser didáctica.

El arquitecto que proyectó la ciudad de Brasilia, y que ha diseñado este centro con fines culturales, cumplirá en diciembre 104 años de edad; a él, también se deben los dibujos que decoran la fachada del auditorio y el interior de la cafetería. Lo cual me recuerda una anécdota creo que de Menéndez Pidal, que le oí contar a Julián Marías en una conferencia de la UIMP sobre la felicidad. Por lo visto, a los ochenta o noventa años fue a visitar a Gregorio Marañón para que le hiciese una revisión. Al terminar, le preguntó al médico cuántos años calculaba que podría vivir todavía porque tenía en mente uno o varios proyectos, y quería saber si le iba a dar tiempo de terminarlos. Julián Marías explicaba que en eso se basa la felicidad: en tener proyectos en la vida. Idea parecida a la que fundamenta el libro de Victor Frankl, El hombre en busca de sentido. Lo que hace que un hombre supere cualquier adversidad es tener un motivo que le haga desear seguir vivo. De hecho, la impactante pregunta que les hacía él a los pacientes cuando acudían a la consulta por primera vez era: "¿Por qué no se suicida usted?" para descubrir lo que motivaba a cada persona.

Si alguien se anima a realizar la visita, que no se vaya sin completarla con Los sueños de Alenia: una bonita libería infantil situada en el casco antiguo, en la que se puede disfrutar de una cuidada selección de cuentos, libros y juguetes. En ella, compramos este encantador libro de tela para el bebé que esperan unos amigos: Caritas de bebés.

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