Frases célebres de mis hijos (IV)

Jesús llevaba dos semanas pidiéndome que llamase a la peluquera para cortarse el pelo porque se le metía en los ojos. Teníamos hora para la tarde.

Cuando estaba él comiendo, le peino con los dedos el flequillo, y lo noto raro, pero al principio tampoco me extrañó porque tiene un remolino muy rebelde justo en el nacimiento del pelo; me fijo mejor, y veo unos pelos muy cortos por debajo. Pienso qué raro le cortó el pelo la peluquera la última vez…

Hasta que caigo… es tan bueno, que no había pensado en la posibilidad ¡de que se lo hubiese cortado él! Y, efectivamente: el día anterior, mientras hacía la ficha, con las tijeras del estuche… Los pelos sobrantes los tiró a la basura… no dejó ni rastro.

Me lo tomé a risa. Se me olvidó contárselo antes a la peluquera, y cuando me doy cuenta, está la mujer venga a pasarle el peine por el flequillo, sin atreverse a decir nada, con cara de "Pero, ¿esto qué es?" Me apresuré a contarle lo que había ocurrido porque, claro, ya pensaba que era yo la que había metido la tijera... Total, que se quedó con su propio corte de flequillo porque eso ya no había quien lo arreglase...

Jaime, que le tiene terror al mar; quería bañarse porque otro día había estado en una poza y se lo pasó en grande, pero no se atrevía a entrar si no era una pocita, así que preguntó: “Pero, ¿hay arena debajo del mar?" Dio unos saltos, se agachó para mojarse el culo, y poco más. Como vea que está subiendo la marea, se va con los juguetes cada vez un poco más lejos, al ritmo de la pleamar. El año pasado, un día llegó a atrincherarse en la sombrilla desde que llegamos hasta que nos fuimos, por si subía.

Jesús, haciendo un plano de una casa con un montón de habitaciones: “He hecho un despacho para que papá y mamá puedan trabajar sin que los molestemos”

Jaime devorando paella, que le gusta mucho: “Me encanta requetemuchísimo” “Me gusta de aquí a la nave Voyager, ida y vuelta” “Soy un borracho porque me encanta la paella”