Que encabeza afirmando que “a Habiba le cuesta responder adecuadamente a las necesidades de Alma y no es consciente de lo inadecuado de determinadas conductas de riesgo y negligencia” y que en el párrafo siguiente dice “las pautas de alimentación, higiene y sueño (de Alma) no son adecuadas” y justifica las afirmaciones anteriores con los siguientes argumentos, que comentaré uno a uno:
“Los horarios y el tipo de alimentación son caóticos” y “utiliza la lactancia materna como chupete y juguete, ofreciéndole el pecho en el momento en que la niña llora y dejando que ella lo coja cuando quiera, sin importarle el momento y el contexto en el que esto sucede (despachos, pasillos)”.
La OMS y la UNICEF, la Academia Americana de Pediatría, los expertos de la Unión Europea y el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría recomiendan la lactancia materna a demanda y exclusiva durante los primeros 6 meses y, complementada con otros alimentos, hasta los 2 años o más. Porque la leche materna es el alimento más completo y el que más nutrientes, defensas y bacterias probióticas aporta durante esos primeros dos o más años. A demanda significa cuando la niña quiera y durante el rato que la niña desee. Pero, además, cuando una madre ofrece el pecho a su hija no sólo lo hace para alimentarla, sino para calmarla, para darle refugio, como alivio del dolor, como consuelo, etc. La actitud de Habiba respecto a su hija, sin ella saberlo, sigue las recomendaciones actuales respecto a su alimentación.
“Le ofrece los purés que preparan en la residencia, pero también otros alimentos sólidos inadecuados para su edad (de los que está comiendo ella). Durante los fines de semana, como tiene que encargarse ella de hacerle la papilla de frutas, la mayor parte de veces no se la da (le da el pecho)”
Las recomendaciones de la OMS y la UNICEF y del Comité de Expertos de la Unión Europea respecto a la alimentación complementaria dejan muy claro, insisto, que el alimento más completo para una niña de 18 meses, como Alma, es la leche materna. Si un bebé rechaza la fruta y toma el pecho en su lugar, recibe muchas más calorías, minerales, defensas y vitaminas. El objetivo de la alimentación complementaria es que el bebé se acostumbre a comer lo que sus padres comen. Por eso muchos padres, a partir del primer año, sientan a sus hijos/as a la mesa ofreciéndoles una oportunidad magnífica para que se familiaricen con la comida del adulto. De nuevo la actitud de Habiba es perfectamente adecuada y sigue las recomendaciones actuales.
“Se intentó que regularizara la lactancia y limitara los momentos de alimentación, como no parecía posible se planteó la posibilidad de que dejara de darle el pecho…”. “…continuó dándole el pecho. Se le dieron chupetes, pero tampoco los utilizó”
Hasta hora el informe se limitaba a describir, bajo un prisma totalmente equivocado e ignorando de las recomendaciones internacionales, la lactancia materna de Habiba y Alma. A partir de aquí, se deciden a intervenir. Nada de dar el pecho a demanda y si Alma quiere consolarse, que lo haga con el chupete. Es el primer error grave y, desgraciadamente, no el único. Por suerte, Habiba siguió su instinto, siguió amamantando a Alma y continuó haciendo lo mejor.
“No tiene unas pautas de sueño adecuadas. Desde el primer momento no quiso que la niña durmiera en la cuna y la acuesta con ella en la cama. Utiliza la cuna para dejar cosas y juguetes y en contadas ocasiones para dejar a la niña…”
En la actualidad, la mitad de los niños del mundo duerme cada noche con sus padres. No solo no se ha demostrado que pueda ser perjudicial para los bebés, sino que se ha visto que el sueño de la madre y de su hijo se sincroniza cuando duermen juntos, lo que le permite reaccionar rápidamente ante cualquier eventualidad o ante cualquier necesidad de su hijo/a. El niño se siente mucho más seguro y protegido en contacto con el cuerpo de su madre y puede acceder al pecho con facilidad sin que la madre apenas se despierte. Está descrito que el colecho (dormir en la misma cama que sus padres) favorece la lactancia materna a demanda. Los niños que duermen cada noche con sus padres lo hacen hasta que están preparados para dormir solos, cosa que ocurre a partir de los dos años.
“Habiba se muestra muy cariñosa con Alma, utiliza el contacto físico y la expresión verbal como vías de comunicación. La niña busca constantemente la referencia visual de su madre y se ha observado un cierto miedo ansioso a la separación.”
A pesar de que en este párrafo del informe se alaba la actitud cariñosa de Habiba, acaban insinuando que tiene consecuencias negativas. Otro gran error ocasionado por la ignorancia. Ya hace mucho que J. Bowlby describió los distintos tipos de relación de apego entre los bebés y sus cuidadores. Los bebés que han tenido la suerte de estar al cuidado de una madre solícita, dispuesta a calmar su hambre, su sed, su inquietud, sus temores con prontitud, aprenden a regularse a través de las respuestas de su madre y desarrollan lo que se llama una relación de apego seguro con ella. Los adultos que han disfrutado de una relación de apego seguro con su madre son más cálidos en el trato, porque su madre ha sido cálida con ellos; más estables emocionalmente, porque su madre les ha conferido estabilidad emocional; tienen relaciones íntimas más satisfactorias, porque la relación íntima más importante, la primera, la que han tenido con su madre, ha sido muy satisfactoria; son más positivas; más integradas; tienen perspectivas más coherentes de sí mismas; y, en contra de lo que comúnmente se cree, son más independientes. Los bebés que tienen una relación de apego seguro con su madre organizan su comportamiento alrededor de ella y, cuando su madre falta, manifiestan miedo (mientras están en la etapa de dependencia de su madre). Más adelante, serán más autónomos y, finalmente, más independientes.
Lo que Alma manifiesta en ausencia de su madre nos está confirmando que está desarrollando una relación de apego seguro con Habiba y es consecuencia de su trato tan amoroso y cercano, de llevarla en brazos continuamente, de dormir con ella y de amamantarla a demanda.
CONCLUIMOS QUE:
Los argumentos esgrimidos en el informe al que hemos tenido acceso no solo no justifican que la relación maternal de Habiba con su hija pueda ser perjudicial para Alma, sino que demuestran que Alma estaba perfectamente alimentada, cuidada y querida.
La decisión de separar a Alma de Habiba es dañina para ambas. Para Alma, porque se le somete a un estrés excesivo, el estrés de la separación, para la que todavía no está preparada, y se le priva del mejor alimento y de los mejores cuidados que puede recibir, cortando bruscamente una relación de apego seguro con su madre.
El estrés tiene consecuencias físicas (mayor riesgo de infecciones, pérdida de peso) y psicológicas.
Cuanto más dure la separación, mayor será el daño infringido a Alma.
Se debería revocar dicha decisión cuanto antes para minimizar los daños causados. Rectificar es de sabios.
Tarragona, a 13 de junio de 2011
Adolfo Gómez Papí
Médico adjunto. Servicio de Pediatría
Hospital Universitario de Tarragona “Joan XXIII”
Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría
Sevilla, a 13 de junio de 2011
Josefa Aguayo Maldonado
Jefa de Sección de Neonatología
Hospital Virgen del Rocío. Sevilla
Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría
Madrid, a 13 de junio de 2011
M Carmen Pallás Alonso
Jefe de Servicio de Neonatología
Hospital 12 de Octubre. Madrid
Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría
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