"Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo"
De Juan 8, 51-59
De nuevo las piedras. Otra vez quieren arrojárselas a la cabeza. Hace tan solo unos días fue a la mujer adúltera. ¡Qué pronto nos encendemos! En cuanto nos llevan la contraria o no nos dan la razón en todo... Con qué facilidad podemos llegar incluso a las manos. Una vez más, Jesús tiene que esconderse, salir del templo. Su discurso molesta y mucho. Le llaman endemoniado, no creen en sus palabras, le toman por loco.
Tiziano Simón, el Cireneo, 1565-1570 Óleo sobre lienzo, 67 x 77 cm Museo del Prado, Madrid |
Con la lengua, pedradas que hacen daño. Pongamos a remojo nuestro corazón. Con un corazón de piedra es facilísimo hacer daño.
Marina de Miguel, Orar y celebrar, PPC
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